Sustenta que para sacar un buen hijo es menester castigarlo. También se usa para denotar que los reve­ses de la vida nos suministran la experiencia. Tiene ciertos vínculos con: «La letra con sangre entra».

Esto suele observarse en muchos casos.

Academia dice: «En martes, no te cases ni te embarques». Superstición muy generalizada aquí de no hacer tales cosas en dicho día.

Traduce de una manera exagerada cuánto mal ocasionan los padrastros.

Sustenta que para sacar un buen hijo es menester castigarlo. También se usa para denotar que los reve­ses de la vida nos suministran la experiencia. Tiene ciertos vínculos con: «La letra con sangre entra».

Es decir, los de iguales condiciones u oficios suelen conocerse. Véase: «El diablo protege... etc.».

Véase: «Al de atrás lo muerde el perro».

Denota cuán apreciable son la libertad y la confianza de que puede uno disfrutar en su casa.

¡Quién no ha aguzado el intelecto, por romo que lo tenga, cuando un apuro de cual­quier especie lo ha apremiado!

Con que se advierte que una cosa ha sido ponderada.

Da a entender que entre casarse y entregarse a una vida desenfrenada, es preferible lo primero

Con que se moteja a los que mucho hablan y hacen poco.

Denota que la oportu­nidad para llegar a una casa a hora de comida o en circunstan­cias de entretenimiento, suele ser agradable. Jamás llega a una casa uno aquí a la hora en que estén almorzando, que no le saluden con este refrán o con un: «Bien lo quiere la suegra».

Denota cuerdamente que hay veces que para la ejecución de alguna cosa, suele requerirse más conocimientos que fuerzas.

Aconseja cuerdamente el estoicismo.

Da a entender que más apetecible es figurar como jefe o preeminente entre inferiores, que no ir a la zaga de superiores, aunque sean de mucha importancia.