Refrán que se usa para deno­tar que se está contento con la suerte.

Refrán que inspira la confianza en nosotros mismos.

Refrán que denota lo malo que es dejar las cosas al tiempo.

Con que se suele celebrar la ausencia de alguno que debía de recibir parte de algo que se va a partir. Su hermano es «Mientras menos bultos, más claridad».

Véase su sinónimo «Mientras menos boca... etc».

Es decir, las costumbres adqui­ridas en la primera edad difícilmente llegan a olvidarse. Sus parientes son: «Genio y figura hasta la sepultura» y «Lo que en la leche se mama en la mortaja se derrama».

Con que se da a enten­der de una manera irónica que la causa de algo suele estar lejos de donde las probabilidades nos la señalan.

Da a entender que cuando muchos toman parte en la dirección de algún negocio, suelen salir fallidas las intenciones. También se usa: «No son buenas muchas manos en un plato».

Denota que para obtener algún fruto es menester poner empeño de nuestra parte.

Es decir -y esto a menudo lo han corroborado los hechos- raras veces uno llega a hacerse grande, o, por lo menos, tenido como tal en su ciudad natal; ha menester salir a buscar celebridad afuera.

Se echa mano de este refrán a modo de conformidad y otras veces para alentar a alguien en el estudio.

Empléase para contrarrestar a los que pretenden predecir alguna cosa.

Enseña discretamente que las circunstancias lo obligan a uno a hacer lo que no quiere ni piensa. -Quijote: «Nadie diga desta agua no beberé» y Academia: «Nadie diga, o nadie puede decir, de esta agua no beberé».

Muchas veces suele ocurrir que preparamos algo que un tercero viene a lograr.

Véase «¿A dónde irá el buey, etc.».

¡Si tal aconteciese, sería una breva!

Hermoso refrán que invita al trabajo. Son consanguíneos suyos: «Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente», «Piedra que se mueve no crece mogo (moho)».

Aconseja estoicamente los términos medios.