Úsase para contrarrestar a los que quie­ren hacer desaparecer algún defecto a alguna persona, cuyo cambio podría causarle males antes que bien.

Úsase para denotar que se desea recibir una cosa que se ofrece. En este refrán al nombre propio Tomas se le atribuye la significación de la forma verbal vulgar tomá, que se usa en vez de toma.

Sabio refrán que expresa que, con decidida voluntad, en cualquiera empresa casi siempre salimos airosos.

Academia igual. Denota el buen viento que corren los que van favorecidos por personas de influencia

Academia igual. Sus colaterales son: «Pasión quita conocimiento» y «Para una madre no hay hijo feo». Todos los cuales sirven para indicar cuánto puede en nosotros el cariño.

Óiganlo bien los hijos descarriados.

Enseña discretamente la previsión contra el desarrollo de las enfermedades.

Reprende a los malagradecidos que llegan hasta ofender a sus propios protectores.

Academia dice: «Quien ama, o busca, el peligro en él perece». Quijote: «Quien busca el peligro, perece en él». Úsase a modo de amenaza contra los muy osados.

Academia dice: «Quien anda entre la miel, algo se le pega». Esto es claro, mayormente en estos calamitosos tiempos en que todo es miasmático y pegativo, lo de ladrón inclusive. Tiene analogía con este otro refrán: «No con quien naces, sino con quien paces».

Reprenda a los que se afanan demasiado en el cumplimiento de sus quehaceres.

Con que se da a entender que preguntando se llega a un lugar o casa que uno no conoce.

Academia inserta solo «Quien busca halla», que califica de frase proverbial. Empléase aquí mucho para advertir, a modo de amenaza, a una persona a fin de que no siga molestando. Véase: «Después del buscar... etc.»

Da a entender que se tiene por expresada nuestra voluntad afirmativamente, cuando no lo contradecimos con la oportunidad debida.

Academia y Quijote: «Quien canta, sus males espanta». Denota que para alejar las penas, es conveniente divertirse.