Academia dice: «Al amigo y al caballo no apretallo». Aconseja la prudencia para con los amigos, no importunándolos demasiado.

También: «Alabáte Molina, sus compatriotas». Refrán muy usado con que se burla al que hace alarde de sus méritos. Alusión a la inscripción que tiene el monumento del abate Molina. Cuéntase que un huaso leyendo alabáte, por analogía de las formas vulgares sentáte, acostáte, sosegáte, etc., donde decía: «Al abate Molina, sus compatriotas», exclamó admirado: ¡Güeno en el hombre éste que sería bien requete alabancioso!

Academia: "Al buen callar llaman Sancho"; también Quijote.

Academia: «A buen entendedor, breve hablador»; también: «Al buen entendedor, pocas palabras», Quijote.

¡No lo olviden los tramposos! Academia y Quijote iguales.

Corresponde al muy usado aquí: «El último mono es el que se ahoga». Enseña que los menos poderosos física, intelectual o pecuniariamente son aventajados. Úsase mucho en igual sentido: «Los pescados grandes se comen a los chicos», «Las gallinas de arriba ensucian (cagan) a las de abajo».

Academia: «Al enemigo que huye, la puente de plata»; también Persiles y Segismunda. Quijote: «Al enemigo que huye, hacerle la puente de plata». Aconseja dar facilidades al enemigo que escapa por convenir así casi siempre.

Coll i Vehí, en Los refranes del Quijote, dice: «Refrán con que se amenaza, anunciando las malas consecuencias de una acción que por de pronto parece no tenerlas». Academia lo califica de locución adverbial; sin embargo, llama refrán a: «Al freír, será el reír».

Refrán que aconseja la libertad a ambos cónyuges, a fin de evitar disgustos.

Empléase para significar que la tranquilidad suele venir pronto, después de las angustias.

Nos enseña que hasta los más cuerdos cometen errores. Se emplea para contrarrestar a una persona que dice estar muy segura de lograr algo.

«Crecerá el membrillo y mudará el pelillo». Academia consigna este último. Da a entender que algunas cosas se perfeccionan o embellecen con el tiempo. Úsase principalmente hablando de niños feos.

Academia: «El ojo del amo engorda al caballo». Denota que es muy conveniente para la prosperidad de nuestros bienes la vigilancia. Véase: «Hacienda, tu dueño te vea».

Indica que para tal enfermedad es muy pernicioso restregarse los ojos.

Con que significa que lentamente, pero con constancia, se logran buenos éxitos.

Refrán con que se rechaza al que pide alguna cosa después de haberla regalado.

Se suele usar para excusarse de hacer cosas que incumben a otros. Es pariente con: «Cada uno se rasca con sus uñas».

Véase: "Al que le venga el sayo... etc.".