Con su trompa preparada, pasa a tu lado zumbando, se posa en tu piel desnuda, y tu sangre va chupando.

Si en mí tu quieres viajar, casco tendrás que llevar. Casi siempre por ciudad a mí me encontrarás.

Soy el juguete más apreciado para las niñas como regalo.

Con la nieve se hace y el sol lo deshace.

Durante la noche sale, por el día no le ves, ¿qué animal dirías que es?

Mi abuelo tiene un hijo, el hijo tiene otro hijo, y ese otro hijo soy yo. Busca bien mi parentesco con la persona anterior.

Las tocas de doña Leonor, a los montes cubren y a los ríos no.

Soy enemiga del sol y en mí brillan muchos soles y a pesar de tantas luces, me iluminan con faroles.

Como el algodón suelo en el aire flotar, a veces otorgo lluvia y otras, sólo humedad.

Unas regaderas más grandes que el sol, con que riega el campo Dios Nuestro Señor.

Dos niñas asomaditas cada una a su ventana; lo ven y lo cuentan todo, sin decir una palabra.

No pienses en otras cosas, que las tienes en el mar, o las ves llegar furiosas, o las ves mansas llegar.

Adivina, adivinanza, ¿qué tiene el rey en la panza?

Una señora muy aseñorada que lo escucha todo y no entiende nada.

¿Qué cosa es que mientras más grande menos se ve?

Buscando bambú por la China anda, aunque está muy solo, siempre va en panda.

Ya se fue el verano y este otro llega; como lluvia de oro caen las hojas secas.

Una adivinanza te voy a poner a ver si adivinas lo que es: tiene dos patitas y no tiene pies; plumas de colores y pico también. Cuando tiene hambre suele decir “pío”; cuando tiene frío se mete en el nido.

Son dos cortinas en dos ventanitas, que bajando ocultan dos niñas bonitas.

Nieto de tu bisabuelo, padre de tus hermanos, de tus primos es el tío, y de tus tíos hermano.