Porque una persona honrada es incapaz de ejecutar nada que repruebe la conciencia.

Se da a entender al que echa de menos alguna cosa, creyéndola olvidada, que a su debido tiempo se ejecutará o se tratará de ella.

Manifiesta que los malos ejemplos se aprenden y siguen con más facilidad que los buenos.

Da a entender que con el tiempo todo se averigua, hasta lo más recóndito. —Es posible que este refrán tenga su origen en la tradición sevillana de los tiempos del rey D. Pedro, y que dio nombre a la calle del Candilejo.

A veces se ponen distintos medios para lograr el fin que se desea.

Denota que no es lo mismo decir que hacer; pues las intenciones pueden ser óptimas, pero no siempre la práctica responde a la intención.

Frase que se emplea para denotar que todos somos iguales, puesto que procedemos del mismo origen.

Expresa que aunque la posición social sea diferente en las personas, el origen es el mismo.

Este refrán es un fiel reflejo de la realidad; pues, en efecto, parece hallarse vinculada en tal profesión la afición al canto, a la locuacidad y a la música de guitarra, en la cual suelen ser algunos bastante más que medianías.

Expresiones equivalentes a: ¡Vaya una gracia!, o ¡Valiente salida!

Advierte que en los matrimonios, además de las conveniencias, se ha de buscar mujer virtuosa y trabajadora.

Expresión usada cuando vemos que a otro lo corrigen o castigan de manera más o menos violenta

Tomar parte en algún asunto, conversación, etc. — Intervenir en ellos autoritariamente.

Estar una persona en paraje más o menos distante de su habitual residencia con el objeto de recobrar la salud.

Entrar en un sitio por el punto más estrecho.

Ausentarse repentinamente.