121. | La carne de las agujas sabe bien, mas no es para quien hijos tien | |
122. | La carne de pluma, quita del rostro la arruga | |
123. | La carne en el techo, y la hambre en el pecho | |
124. | La carne pide carne, y el pescado aceite y vinagre | |
125. | La carne pone carne, y el pan pone panza, y el vino guía la danza | |
126. | La carne pone carne, y el vino cría buena sangre, y la buena sangre buena alma; la buena alma vase al cielo | |
127. | La carne sobre el hueso, relumbra como espejo | |
128. | La casa de Celestina, todos la saben y nadie la atina | |
129. | La casa del doliente quémase y no se siente | Que se consume la hacienda. |
130. | La casa envinada, medio empeñada | |
131. | La casa hecha, y el huerco a la puerta | |
132. | La casa labrada y hecha, y el ataúd a la puerta | Dícese también güerco, por huerco. |
133. | La casa quemada, acudir con el agua | |
134. | La casa sin fuego ni llama, semeja al cuerpo sin alma | |
135. | La casada en tierra ajena, ella se desdeña | Porque como tiene pocos conocidos, suele afligirse y estar descontenta. |
136. | La castidad en la certeza | De la deshonesta vestida de blanco. |
137. | La cebada hostigada, esa es granada | Será que bien escota la cabalgadura la cebada que le dan, y se logra en su trabajo. |
138. | La cebada hostigada, esa es mala y mal granada | Cebada hostigada llama la que se da a la bestia que fatigan mucho y hostigan y apresuran con vara, a la cual aprovecha poco por el demasiado trabajo, y quiere ser moderado. |
139. | La cena y la guerra, comiénzala, que ella se atea | Atear, atizar, poner tea que arda. |
140. | La cereza hermosa, y la guinda asquerosa | Que la cereza ha de estar fresca para comerse, y la guinda muy madura, que ya se va ablandando y rezumiendo, como las traídas en carga, que han perdido mucho del acedo. |