Un hombre llamado Requena, de pobre hacienda, la aumentó con su industria y cuidado, y creciera mucho si su mujer no fuera desperdiciada; hablando de él en su abono unos vecinos, dijo un anciano: , culpando a la mujer, y quedó por refrán en la Mancha y Andalucía la Alta; hatera es la que hace la comida a los gañanes y mira por el hato.

Lugar de Portugal pequeño y pobre, cerca de Alburquerque.

Dicen este cuento: que a un vizcaíno le denegó la cabalgadura que traía carga de vino de Jenes, y no la podía levantar llamando a Dios y a Santa María en su ayuda; no había milagro ni remedio; acordó sacar vino en un sombrero y dar una sopada a la bestia, y con esto se esforzó y caminó valerosa: el vizcaíno dijo las palabras del refrán.

Este es lugar junto a Santelices, o Sahelices. En las serranías de Béjar se crían muchos nabos.

Dícese dando a entender que está muerto.

Dícese por los que se agradan al principio de un lugar, y luego se desagradan y se van de él. Véase en la M: Malo Medellín.

Lo primero dice el que ve alguna buena cosa de comer, como pavo, capón, trucha o barbo, y otro segundo es cogerse solo, diciendo lo demás.

Cuando se huelgan sin cuidado de la labor.

Que ha vivido bien.

Quien tiene dineros lo tiene todo y casa con pucheros. Vida con que pasar y quietud, vale por buenos y grandes dineros.

Salutación y respuesta.

Envidiosa adición.

Es el cuento que no se acordaba a quién había prestado unos dineros; díjolo a su mujer, y ella le aconsejó que pues todos los del lugar pasaban por allí, y le daban los buenos días, él respondiese: Más querría mis blanquillas; de esta manera descubrió al deudor; que le ofreció pagaría presto, y así cobró.