301. | A la mujer y a la lechuga, por la cintura | Se han de tener sujetas. |
302. | A la mujer y a la mula, por el pico les entra la hermosura | |
303. | A la mujer y a la suegra, cuerda | |
304. | A la mujer y a la viña, el hombre la hace garrida | |
305. | A la mujer y al can, el palo en una mano y en la otra el pan | |
306. | A la mujer y al papel, sin temer | A ella para hablarle, y al papel para rasgarlo por el doblez. |
307. | A la mujer y al viento, pocas veces, y con tiento | |
308. | A la mula, con halago; y al asno, con el palo | |
309. | A la más casera, el marido no se le muera | Porque le hará tanta falta como si fuese mujer de poco gobierno. |
310. | A la necesidad no hay ley | |
311. | A la noche convida, y a la mañana porfía | |
312. | A la paja y al vinagre, échales la llave | |
313. | A la paría, la sangría | |
314. | A la perdiz y al fraile, por la mañana, y no por la tarde | Se les encuentra. |
315. | A la pesca y a la caza, cachaza | |
316. | A la plata, dorarla | Las canas de los viejos, doradas por la riqueza, suelen parecer muy lindas a muchas jóvenes. Pero ¡luego es ella! |
317. | A la plaza el mercader, y el menestral a su taller | |
318. | A la plaza, el mejor mozo de la casa | Debe ir. |
319. | A la pluma y a la espada no hay imposible nada | |
320. | A la pobre gente, moneda menuda | |