Oler el poste se dice cuando conoce el peligro antes de caer en él, y lo huye, y tomóse del cuento de Lazarillo, que puso al ciego enfrente de un poste, y díjole que había un gran arroyo, que tomase carrera y saltase así; topó recio con las narices y cara en el poste, e hirióse y diose en los hocicos; y quejándose del engaño, dijo Lazarillo: Como olistes la longaniza, oliérades el poste. Había antes el ciego metido las narices en la boca a su destrón Lazarillo para averiguar por el olor si había comido o no un poco de longaniza, y habíale castigado porque lo comió, y Lázaro se vengó con el poste.