«Decíalo Juan Berrojo, el tamborilero de nuestra tierra, que vivía a San Gil». Así Francisco Moreno, comentando los refranes del Comendador para el cosmógrafo Antonio Moreno Vilches, baezano, y no sevillano, contra lo que afirma el autor de un pésimo Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia, obra de acarreo burdo y grosera minerva, donde los yerros son casi tantos como los renglones. ¡Buen borrón ha echado sobre su limpia fama de culto el Ayuntamiento de Sevilla, costeando la publicación de obra tan rematadamente despreciable!